Luis Ladriscina nació el 19 de diciembre de 1935 en Colonia Baranda, Provincia del Chaco. Es un humorista, cuentista, recitador y actor argentino famoso por su estilo narrativo y su humor basado en los usos y costumbres regionales del país.
Luis Landriscina es hijo de inmigrantes italianos, séptimo de un total de ocho hermanos, y al perder a su madre a los 22 meses de edad, es criado por sus padrinos. Cursa la escuela primaria en Villa Ángela y Resistencia, y ya de joven se destaca por su habilidad como narrador de historias populares y costumbristas, siempre con una pincelada de humor sano.
En 1963 contrae matrimonio con Guadalupe Mancebo, y ese mismo año nace su primer hijo llamado Gerardo Dino y en 1966 inaugura junto a un gran elenco, el Canal 13 de Santa Fe y nace su segundo hijo Favio Adrián. . En 1964 forma parte de la delegación de la provincia del Chaco en el Festival de Cosquín, donde recibe el premio Revelación como cuentista y recitador. Este logro fue el inicio de su carrera artística que le ha valido reconocimiento nacional e internacional. A partir de 1967 reside en forma permanente en Buenos Aires.
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CON MAS HUMOR...
Luis Landriscina |
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Pedido de Mano Una cosa que ha ido variando con el paso del tiempo, y recurro también a la memoria de los mayores: el protocolo o la institución que fue alguna vez el noviazgo. Y esto a los más chicos les va a resultar hasta risueño, gracioso tal vez, porque yo voy a refrescarles la memoria a los mayores lo que era estar de novio hace unos años: primero había que conseguir la dama, que ella viera si el venía con buenas intenciones, le dedicara alguna sonrisa y se encontraran a la salida del cine, a la salida de misa o en un baile. Pero cuando ya se entablaba una relación, uno no podía llegar hasta la casa; llegaba una cuadra antes, porque no estaba autorizado ya que no había pedido la mano. Y las madres de las chicas se justificaban con las vecinas diciendo: es una "simpatía" de la nena pero no hay nada serio todavía. Y cuando se establecía la relación ya concreta y la cosa pintaba para casamiento, había que pedir la mano y había que ir a la casa de la novia, y había un rito para esto. Se elegía una noche, que podía ser jueves a la noche o sábado a la noche, y se hacia cena con picada y todo, y los dueños de casa, o sea las familiares de la novia, se vestían como para comunión, todos de negro o azul oscuro; a veces hasta los abuelos estaban para conocer al candidato, y los más chicos con un moño enorme, parecían gato de rico... Y venia el novio y saludaba a todos, mano a mano, y se comía en un clima de cierta rigidez protocolar: se agarraba el cubierto como nunca se agarraba con el dedito para arriba, y no se volcaba vino para nada, y después de la cena el padre y la madre de la muchacha lo invitaban a pasar a la sala al candidato. La chica quedaba afuera y él exponía sus intenciones y sus posibilidades en la vida. Y de acuerdo a si llenaba las expectativas que tenían los padres para el futuro de su hija, le decían. -Bueno, desde la semana que viene puede considerarse como uno más de la casa, casa que entendemos que usté va a respetar, respetando a nuestra hija. A partir del jueves que viene, usté puede venir jueves y sábado de noche, domingos a la tarde, porque el lunes se trabaja, y los jueves y sábado incluye cena en la visita; usté va a ser bienvenido en nuestra mesa. Y hay novios que han engordado con el sistema. Y eso no me pueden negar que ha cambiado, porque hoy en día si los hijos te avisan que se van a casar ya es un homenaje a los padres. Hay algunos que te avisan después. Y bueno: éste es el caso de la historia que les voy a contar. Una chica de este tiempo con un muchacho de aquel tiempo. Mejor dicho, el padre de la chica, hombre de aquel tiempo; la parejita, de esta época, modernos los dos. El padre de la chica, patriarca, conservador, tradicionalista, fiel a sus propios principios y convicciones, llamó a su hija y le dijo:
Y fue la chica a hablar con el muchacho y le dijo:
- Pero mirá que papá...
Y el otro, medio desfachatadón dice: - Bueno, yo le vengo a avisar para que no se entere por boca de ganso, que ando enoviando con su hija y quise avisarle algunas cosas de mi vida pa’ que no se las tenga que averiguar por las chismosas de la zona. Soy bastante trasnochador, fumo y chupo como loco, me doy vuelta p’afuera, soy muy timbero, vivo en el hipódromo, me encanta la timba...
Dice
No podía creerlo el padre de la chica.
De todo como en galpón, Imaginador, Bs. As. 1994. Selección: Antología de Autores Chaqueños - María Azucena Villoldo - Obdulia García)
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