EL RINCON DE JOAQUIN LEDO

Biografía:

 

Nací en Argentina. Estudié Programación en diversos lenguajes en el Banco de Boston, cursé estudios de Análisis de Sistemas y Programación en la Universidad del Salvador (Buenos Aires, Argentina). Estudié Ingeniería de Sistemas en Venezuela, país donde resido actualmente.

Representé a la Escuela de Oficiales de la Prefectura Naval Argentina en los “Torneos de Artes Marciales Interfuerza” donde participaban fuerzas armadas, policiales y especiales de todo el mundo.

 

En deportes me agradan las artes marciales y el atletismo, fui campeón cuatro años consecutivos de cien y doscientos metros llanos y una vez vencí en los diez mil metros.  

 

Me agrada la navegación a vela más que la de motor.

 

Solía jugar ajedrez y alguna vez vencí a dos computadoras, una era la Chess Challenger y otra Boris. En esa ocasión, los americanos para quienes trabajaba, midieron la velocidad de mi pensamiento la cual fue calculada en 130 teraflops.

 

En la preparatoria era buen alumno de Literatura (por terror), sabía que si me llevaba esa materia jamás la pasaría; debía estudiarla paso a paso durante el año y aprobarla.

Comencé a comentar cuentos en una página y luego me animé a escribir.

J. R. Van Ooyen

La Apuesta 

 


Estamos uno frente al otro. Sé que te amo y que me amas pero estamos en un punto muerto porque ni tú cedes ni yo.
Mantenemos esa distancia porque no podemos dirimir la diferencia que nos separa.

Se acerca a nosotros un señor muy elegante, trae un mazo de cincuenta y dos cartas...
- Je suis Monsieur L´amour, le croupier  Dice y se sienta al costado Póquer Cerrado, ambos deben poner el ante (apuesta mínima antes de repartir).

El crupier reparte cartas para ti, para mí...

No puedo dejar de ver sus ojos y tú sostienes la mirada... eres tan hermosa.
Recojo mis cartas. Me miras por encima de las tuyas; quiero adivinar tu juego.

Ella apuesta todas sus fichas.
- ¡Crupier, una carta por favor.  Dice ella y me mira con aire de ganadora.

Recibe la carta y sonríe.

Pienso ¿qué mano tiene? Se quedó con cuatro cartas, puede ser Póquer o un Par Doble. Si tenía Par Doble y recibió alguna que le sirva puede tener ahora Full. Las posibilidades son que tenga Póquer, Par Doble o Full. Ya va... pero y si estuviera loquita podría haber pedido una sola carta y ahora tener Escalera.

Transpiro... solo tengo pierna de ases tengo que pedir dos cartas y ella va a saber que tengo una pierna.

- Tienes “pierna de ases. - Me dice ella sonriendo.

Me quedo loco... ¿Cómo supo?
- Mira, ¿Tú... esteeee... tú que sabes?  Le digo tratando de disimular que acertó.
- Me refiero a que eres campeón de velocidad... 100 y 200 metros llanos; ¿verdad?
- ¡¿Eh?¡ Esteee... sí... sí claro.
- ¿Estás nervioso?
- En lo absoluto. ¿Pa... parezco nervioso? ¿Po... por qué preguntas?

Se sonríe y mira sus cartas. Luego, distraídamente dirige su vista hacia un lado y se queda en esa posición. Tiene un perfil hermoso... me está seduciendo.

- Mira, tú tienes piernas de damas.  Le digo con convicción.

Ella mira otra vez sus cartas... - ¿Có... cómo sabes... tú... tú... qué puedes saber?
- Es que te cruzaste de piernas y lo que veo... son piernas de dama.
- ¡Aaahhh, claro!  Dice y se cubre con la falda.
- ¿Estás nerviosa?
- Para nada... ¿Pa... pa... Parezco nerviosa?

- ¿Cartas señor?  Pregunta el crupier con su acento francés...
- Bueno, déme dos.
- Su apuesta señor...  Me recuerda el crupier.

Si quiero seguir jugando tengo que igualar su apuesta, ella apostó todo.
La miro... ella sonríe.
- ¡Voy!  Digo y pongo todas mis fichas también.

Recibo las dos cartas, formo una pila y agrego estas al final, las abro en abanico lentamente... ¡Demonios me quedé con la pierna! As de pique, As de oro y As de corazón.

- Hagan sus apuestas por favor  Dice el crupier.

Ella se saca los aretes de oro y los pone sobre la mesa.
El crupier me mira...  Su apuesta señor.

Estoy perdido; pienso. Me saco el Rolex de oro y lo pongo sobre la mesa.

Ella con una amplia sonrisa se saca la pulsera de oro y la pone sobre la mesa.
El crupier me mira, si no acepto la apuesta perderé. Me saco mi anillo con una alejandrina.

- ¿Hay más apuestas?  Pregunta el crupier.

Se impone un silencio.

- Bien, la dama debe mostrar su juego.  Dice el crupier y la mira.

Ella mira sus cartas, me mira, mira otra vez sus cartas.
Cambia su actitud ganadora y su sonrisa... no entiendo.

Saca dos cartas y las deja tapadas. Muestra tres... Dama de Copas, Dama de Oros, Dama de Piques.
Tiene una pierna de damas y yo tres ases.
- ¡Ja! Está totalmente perdida, con mi Pierna de Ases le gané... siiiiiiiiiiii, ganeeeeeeee.  Pienso.

Ella me mira seria... me atrapa con su mirada. Siento cuanto la amo y hay algo en sus ojos...

Miro al crupier, la miro a ella, destapo solo dos cartas; par simple... ¡perdí!
Me levanto, la miro - ¡Felicidades a la ganadora! - Me abotono el smoking y me retiro.

- ¡¡¡¡UN MOMENTO!!!!  Dice el crupier y agrega  Señor, vuelva a la mesa... por favor.

Otra vez ella y yo frente a frente.

El crupier con su paleta destapa mis otras tres cartas... queda a la vista un As de Corazones  El señor con su Pierna de Ases gana a la Pierna de Damas - Agrega

Ella me mira enamorada y le corren lágrimas por la mejilla. Se da cuenta que la dejé ganar.

El crupier con su paleta destapa las otras dos cartas de ella... hay una Dama de Corazones.
- Señor, la señora tiene Póquer de Damas... ella gana.

Meneo la cabeza incrédulo... ella tenía la jugada ganadora desde siempre pero quería perder.

Nos quedamos mirando mientras el crupier habla...
- Señora, el señor ocultó su As de Corazón para que usted ganara. Señor, la señora ocultó su Dama de Corazones para que usted ganara  Dice Monsieur L´amour, el crupier.

Quiero besarla...
- ¡Boba!
- ¡Estúpido desgraciado!

Ella se levanta y corre hacia mí, la recibo y comienzo a dar vueltas con ella mientras nos besamos... tropezamos con la mesa. Caen dos cartas, la Dama de Corazones y sobre ella... el As de Corazones.

Siento que alguien nos observa, dirijo la vista hacia esa presencia... el crupier sonriendo.
Miro a Laura y ella se encoge de hombros, miramos otra vez al tipo y ya no está; desapareció.
- Qué tipo extraño ese fulano, ¿Cómo dijo que se llamaba...?

Laura me mira, alza las cejas, se encoge de hombros, sonríe y responde
- ¡L´amour... dijo L´amour!

 

 

Amanecer en el Serengeti

 

 

Camino por una playa solitaria de esa isla del Caribe.

Se llama San Vicente y su capital es Kingstown.

 

Al norte tiene un volcán activo, flores de mil fragancias, montañas verdes, aves multicolores y una catarata de treinta metros a la que se llega por barco y playas de arena blanca.

Entre las rocas, pececitos de colores y más allá un arrecife de coral.

Alzo la vista y en el cielo azul contrastan las blancas gaviotas. Vuelan con sus alas desplegadas buscando... siempre buscando.

De la selva cercana se escuchan los chillidos de unas guacamayas.

Acantilados abrigan a las palmeras.

 

Avanzo por la orilla con los zapatos en la mano y los pantalones arremangados.

Atardece de un cielo rojo naranja... pienso en ella.

 

Es como una florcita azul en medio del Serengeti, Tanzania, África.

Suave, delicada y fragante se mece con la brisa.

Ella también espera la época de lluvia... lluvia de besos y amor.

Nacimiento de arroyos... fin de la árida y sofocante soledad.

Truenos y relámpagos lejos sobre el Kilimanjaro... la florcita sonríe.

Besos salvajes, labios mordidos... furia de pasión.

 

El chillido de una gaviota diluye mi ensoñación.

Miro hacia el mar, azul aquí... verde allá.

Lejos muy lejos una bola de fuego se sumerge en el mar... está anocheciendo.

La roja barca del pescador cruza la ardiente esfera y troca en silueta.

 

Miro hacia atrás y veo mis huellas en la arena... mi camino andado.

El mar desenrolla olas que cubren la playa y se retira... llevándose mi rastro.

 

Tanto camino andado, tantas ilusiones, tanto amor... tantas desilusiones, tanto desamor.

 

Me acostaré debajo de aquellas palmeras. Contaré las estrellas y soñaré.

Tal vez durante la noche despierte en el Serengeti y como lluvia fresca caeré sobre ti.

Acariciaré pausadamente con mis labios tus pétalos... te empaparé de amor.

Sueño con tus besos y tu talle frágil,  tus cabellos largos, tu dulzura y nuestras peleas.

Porque a veces nos peleamos... ¿Verdad naricita respingada?

¿Qué Pasa Cuando El Amor Se Acaba?

 

 

Es que el amor no se acaba. Está dentro de ti.

Tal vez sentadito sobre tu corazón, codos en las rodillas, manos en las quijadas... llora que llora está tu amor.

Se siente solito y abandonado y se acurruca chiquito.

Entre pucheritos mira a la esperanza aguardando, espiando en cada alma a ver si una mirada deja escapar esa luz que ilumina el alma y levanta los latidos del corazón.

No todas las miradas llevan la magia.

¿Sabias que el amor se alimenta también de lágrimas?

Quien haya estado enamorado sabe que el amor se acuna en llanto.

Casi diría que sin lágrimas no hay amor.

¡Ay amor que inundaste mis días de dolor!

¡Ay amor que pintaste mi vida de color!

Cuando ella lo mira a él puede que ninguno sepa que la magia está naciendo.

Ella reanuda su camino opuesto al rumbo de él.

Él camina recordando el perfume de ella, sus cabellos y esa sonrisa tan hermosa.

Ella piensa en los ojos de él e intuye cosas... suspira.

En la noche ambos cierran los ojos y en la mente de cada uno se materializan las caricias y los besos porque el amor también se alimenta de sueños.

En la mañana cada uno lava su cara...

- ¿Qué estará haciendo Laura Carolina? � Piensa él.

- ¿Será que hoy veré a Rubén? � Suspira ella.

Los caminos se vuelven laberintos donde sus almas deambulan entre recuerdos y tristezas sin saber hacia dónde van.

A la vuelta de la esquina se tropiezan, levantan la mirada y se  descubren diferentes.

La sonrisa nace en los labios de ella. Él la observa extasiado y su mirada la penetra; le está robando del corazón las tristezas.

Ella siente casi un dolor cuando las ve partir... está asustada.

Cierra sus ojos, suelta un zarpazo y huye con ese amor apretadito entre sus brazos.  

Él sabe que ella robó su amor y va tras ella hasta alcanzarla.

Con miradas sostenidas pierden noción de espacio y tiempo y comienzan a volar en los lomos de Pegazo.

Ella va juntando estrellas  y él caza cometas, se aman...  

- ¡Mira Rubén, polvo de estrellas brillan en mis manos!

Él se asoma a ver y ella, sonriendo... sopla.

Con su cara matizada de luces Rubén corre a Laura que huye entre risas y gritos.

- Laura, ¿Dónde te escondiste?

¡Nada, silencio absoluto!

- ¡Lauraaaaaaaa!

Se escucha una risita detrás de la luna... 

 

                               J. R. Van Ooyen

El Duelo

Comienza a aclarar el día.
La cita es en aquella colina.
Contra el cielo, todavía azul oscuro, se dibuja la silueta de un formidable 
guerrero.
Su espada clavada a la tierra, sirve de apoyo al guerrero.
El escudo cuelga de sus espaldas.
Puñal, yelmo, cota de maya, maza y cadena.
En su vestimenta predomina el púrpura.
El cielo va aclarando rojizo. El sol comienza a elevarse desde aquella colina 
como una bola de fuego anaranjada.
Cascos de caballo al galope se escuchan.
El guerrero levanta la cabeza, reconoce al enemigo y baja el yelmo.
Tres amazonas llegan al pie de la colina. Se apean de sus cabalgaduras y miran 
con fiereza al guerrero de la colina.
Las tres mujeres realizan una especie de ejercicios previos al combate.
Cada una por su lado desenvaina y comienzan su rutina.
Con ambas manos blanden la pesada espada con singular destreza y fuerza.
Al cabo de un tiempo... las tres miran al guerrero púrpura. Ni un atisbo de 
temor en sus miradas, están listas... suben a enfrentarlo.
El guerrero quita de sus espaldas el escudo y lo empuña en la izquierda.
Su espada corta el aire con una especie de silbido al pasar por derecha e 
izquierda en un movimiento de preparación al combate.
Por horas se escuchan las espadas chocando furiosamente unas con otras, las 
respiraciones agitadas, los quejidos ante heridas que se abren.
Cada tanto se oye a alguna de las guerreras gritar al gladiador púrpura... 
"Ríndete ya, no tiene caso que luches... insensato". Al rato otra... "Hasta 
cuándo te resistirás. Ya no pelees, únete a nosotras, se razonable."
Más luego... "No seas tozudo. Entiende de una vez que estás equivocado. ¿Ya 
olvidaste aquel fantasma ciego?..."
Como respuesta el gladiador púrpura golpea con más fuerza haciendo gemir a las 
guerreras.
Así pasan las horas... de a una las guerreras extenuadas bajan, vencidas, la 
colina.
En el atardecer ya las tres abandonaron el combate.
El gladiador adolorido, cansado y herido se apoya en la roca a descansar.
Se quita el yelmo.
De una grieta en la roca saca una bota, le quita el tapón, la inclina en el aire 
delante de su cara y bebe del chorro. Moja su cabeza y cara.
A lo lejos se divisa una nube de polvo que se acerca.
Llega al pié de la colina un guerrero vestido de negro. Se baja de su montura... 
sube desenvainando una espada muy filosa.
El guerrero púrpura lo ve subir. Endurece el rostro y vuelve a ponerse el yelmo. 
Sus manos adoloridas vuelven a empuñar la pesada espada.
El guerrero de negro se ve muy... muy fuerte.
Descarga despiadados golpes que el gladiador púrpura apenas logra bloquear.
El cansancio va minando las fuerzas del guerrero púrpura que recibe una herida 
tras otra.
Jadeante mira al guerrero negro que lo observa con una sonrisa de triunfo.
Él no muestra ni señas de cansancio, paladea la victoria, prepara su golpe.
¡¡¡CHIAAAAAKK!!!
Ambos guerreros levantan la vista...
Desde el cielo y en picada baja veloz un halcón.
El guerrero negro apronta su espada... el gladiador púrpura extiende el brazo.
El halcón detiene su vuelo en el brazo del gladiador púrpura... trae un pequeño 
pergamino.
El gladiador lee y luego guarda el mensaje, mira detrás de él y sonríe, mira al 
caballero negro y le dice... "Prepárate... te venceré"
El guerrero negro lo mira sin entender como se permite amenazarlo si ya está 
vencido.
Vuelven a cruzar armas por horas hasta que el sol se vuelve a poner...
Aparecen las primeras estrellas cuando el caballero negro baja la colina, 
malherido y extenuado.
En su mente cruzan preguntas sin respuesta...
¿Qué decía el mensaje?,
¿De dónde sacó las fuerzas para vencerme?
¿Qué significa la Cabra de Monte en su escudo?
Aquel mensaje decía... "Las tres guerreras son Desilusión, Sensatez y Razón. El 
caballero negro es Orgullo, hijo de Ego y Soberbia.
He visto tu combate que comienza con el amanecer de cada día.
He visto tus heridas... profundas, muy profundas.
Debes cuidarte de otra guerrera que aparecerá mañana y es invisible, se llama... 
"Resignación", ella puede penetrar tu memoria y llevarse tus recuerdos a una 
tierra lejana... que se llama "Olvido".
¿Has visto el cielo hoy?
¡Fíjate! Apareció la "luna llena", la fuente de tus amarguras, la fuente de tus 
alegrías... la fuente de tus fuerzas.
Mañana no pelearas solo... estará a tu lado "Esperanza" y quizás pronto llegue 
"Perdón".
"Perdón" puede llegar de manera imprevista o tardar, pues él carece de piernas y 
va sobre los hombros de un anciano llamado... "Tiempo".
No dejes que maten a "Esperanza" porque ella es mi pareja. Habitamos en ti, me 
llamo Amor pero sin ella no valgo nada porque solo sería... un Amor sin 
Esperanza... 
Autor: Joaquín Ledo  
https://www.buscacuentos.com/ver_cuento.phtml?cod=12020
 
El duelo (2)
El Duelo II. “Combate Final”

Amanecía en aquella colina donde el Guerrero Púrpura se aprestaba al combate.
Ve la nube de polvo… llegan las tres guerreras (Desilusión, Sensatez y Razón) y 
el Caballero Negro (Orgullo). Se apean de sus cabalgaduras al pié de la colina.
Otra nube de polvo… una cuarta guerrera se aproxima.
Las amazonas y el Caballero Negro sacan sus espadas…
Ella se aproxima sin armas…
Hablan de algo y luego los cuatro le piden que se vaya… le dan la espalda y 
comienzan a subir la colina.
Le disgustó el rechazo… se nota en su cara. Vuelve a su caballo.
El Guerrero Púrpura no está solo. Desde hace unos días combate al lado de 
Esperanza… ella luce fuerte y hermosa.
Esperanza – Sonríe amigo… venceremos otra vez y mañana amaneceré más fuerte.
… Y más hermosa (completa él).
Ella sonríe nuevamente y meneando la cabeza dice – Sabía que dirías algo así…
Las tres guerreras más el Caballero Negro comienzan a subir la colina.
El Caballero Negro se retrasa… está muy maltrecho.
¡UOOOOSSSSSSS!... desenvainó el Guerrero Púrpura.
¡UOOOOSSSSSSS!... también Esperanza.
Se inicia el combate y el chocar de espadas no cesa.
Al caer la tarde, Esperanza logra desarmar a Desilusión que baja la colina 
derrotada…
Las otras dos amazonas, Sensatez y Razón se baten desesperadas…
El Caballero Negro poco puede hacer para ayudar.
El Guerrero Púrpura asume solo el duelo y Esperanza está detrás de él…
¡SSSSSSSSHHHHUUOK!
Sensatez baja la espada… Razón también...
Se miran, bajan la cabeza un instante y luego miran al Guerrero Púrpura, pasan 
el dorso de su mano por sus mejillas, se dan media vuelta y se alejan.
El Guerrero Púrpura se queda pensativo… ¿Por qué sus lágrimas… ¿Qué está 
pasando?
¡No importa!... Victoria es victoria, se voltea a abrazar a Esperanza...
Esperanza cae en sus brazos…
Él nota que no se sostiene - ¿QUÉ TE SUCEDE… QUÉ PASA?
Ella lo mira sin poder hablar… un hilo de sangre asoma en la comisura de sus 
labios…Tiene una flecha en la espalda.
La punta asoma entre sus senos…
El Guerrero Púrpura toma la punta y se la saca de un solo movimiento… la 
recuesta en la grama.
“Amor” llega corriendo al lado de su agonizante pareja…
Se miran, ella dice… - Pudimos haber ganado…
Él responde – Sí, habríamos vencido… estuvimos tan cerca de hacerlo.
Abraza a Esperanza y llora - ¿Qué será de mí sin ti?
Esperanza lo besa y lo consuela… - ¡Shhhhhhhhh!... No llores “mi amor”… No 
llores…
¡QUIEN LA MATOOOOOOOOO!... es el grito del Guerrero Púrpura.
El “Amor” levanta la cabeza y lo mira…
El Guerrero Púrpura totalmente asombrado le pregunta… - ¿Qué pasa con tus 
ojos?... Ya no están blancos…
El “Amor” responde – Estaba ciego… ya no.
El Guerrero Púrpura – Todavía no me dijiste quién mató a Esperanza…
El “Amor” responde señalando… - Fue aquella guerrera que se aleja sigilosa…
Poderosos cascos hacen temblar la colina, un brioso corcel viene subiendo… llega 
a la cima.
Se para de manos y relincha… se detiene junto al Guerrero Púrpura que monta de 
inmediato y se lanza en persecución de aquella mujer… va montado en Cólera.
A poco andar alcanza al grupo de Desilusión, Sensatez, Razón y Orgullo… - ¿Para 
dónde fue?… ¡Díganme…!

Sensatez - ¿Acaso importa?
El Guerrero Púrpura – Sí, importa… claro que importa… mató a Esperanza.
Otra vez Sensatez – No te preocupes en buscarla, ella siempre termina 
suicidándose…
El Guerrero Púrpura - Pero… ¿Quién es ella?
Sensatez – Ella se llama… “Traición”.
El Guerrero Púrpura se queda pensativo unos instantes, luego mira a los cuatro… 
se acerca a Orgullo.
El Guerrero Púrpura, viendo a los ojos de Orgullo - Perdóname, te maltraté, te 
herí… fui injusto.
Orgullo no dice palabra, se saca el guante y tiende la mano…
El Guerrero Púrpura también se saca el guante y estrecha la mano del Caballero 
Negro.
Una luz intensa comienza a resplandecer en el Orgullo que va trocando en una 
esfera luminosa que flota en el aire unos momentos. Luego, de la esfera sale un 
rayo de luz que entra por el pecho del Guerrero Púrpura y se integra a él.
Ahora el Guerrero va hacia las dos guerreras. Se detiene en medio de las dos, 
mira a Sensatez – No quería escucharte. Odiaba tus planteamientos, me enfurecía 
oírte… Absuelve mis culpas y perdóname si puedes…
Sensatez (sonriendo) - ¡Claro que puedo… soy sensata!
Y lo mismo que con Orgullo, sucede con Sensatez quien se integra al guerrero.
Es el turno de Razón. Se miran…
Razón, desde su cabalgadura, inclina su torso, abraza al guerrero, lo besa… – 
También te perdono… soy “razonable”.
En ese instante desaparece integrándose al guerrero.
Queda Desilusión…
Él se aproxima - ¿Por qué tienes dos espadas, la de la izquierda con la 
empuñadura hacia delante y la de la derecha hacia atrás?
Ella no responde, se para en la montura, da un salto girando en el aire 180º y 
cayendo montada.
No tiene espalda.
Del otro lado es otra mujer… más bella y sonriente.
El Guerrero Púrpura - ¿Quién eres tú?
Ella – Me llamo Ilusión y si quieres cabalgaré junto a ti.
Al sonreír se le forman dos hoyuelos…
Una voz - ¡ESPEREN… ESPEREN…!
Ambos voltean… ¡ES ESPERANZA!
El Guerrero Púrpura – Pero… ¿Acaso no estabas muerta?
Ella – Cuando aceptaste viajar con Ilusión… resucité.
Él la mira sonriendo y le dice – Lo que sobran ahora son caballos. ¡Móntate y 
ven!
Mira sin saber hacia dónde ir.
Ilusión les señala a lo lejos...
Él - ¿Por qué hacia el sur?
Ilusión – Esa es la puerta de la Felicidad… debemos ir hacia allá.
Él - ¿Ustedes creen que logre llegar allí?
Esperanza, siempre sonriendo - ¿Qué crees?... vas conmigo, ¿Cierto?
El Guerrero Púrpura – Vamos entonces…
Las deja adelantarse un poco… las observa…
¡Mmmmmmm... se ven bonitas!
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Nota del autor:
A estas alturas sabrán que el Guerrero Púrpura es mi corazón.
Por eso la música es la misma que en "El Duelo", cuento que escribí hace mucho. 
                                                      Autor: Joaquín Ledo   

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